La Alianza para un Puerto Rico sin Drogas, mediante el desarrollo de un modelo de prevención centrado en las Habilidades para la Vida de la Organización Mundial de la Salud, busca promover el desarrollo de recursos personales entre niños y jóvenes para que sean capaces de enfrentar acertadamente los retos y situaciones cotidianas que enfrentan.
Hoy abordaremos la importancia de la autoestima en el desarrollo social de nuestros niños y jóvenes. La autoestima es el sentimiento valorativo que hace una persona de sí mismo. Es ese juicio que se hace sobre la manera de ser. La autoestima es determinante en cómo se percibe, valora y construye la vida. Influye en la toma de decisiones y es fundamental para el rendimiento académico de los menores. Si un niño o adolescente se percibe como poco competente, no se esforzará en la vida, escuela o en trazarse metas porque se creerá que no es capaz.
La autoestima se aprende, cambia y se fortalece a lo largo de la vida. Las experiencias sociales, así como los éxitos, las decepciones y los vínculos más cercanos, influyen en su construcción. No se nace con un concepto de lo que es la autoestima, ésta se va formando en edades tempranas del desarrollo, en las primeras interacciones de la infancia con las personas con quienes se rodean como los padres, maestros, compañeros, sean positivas o negativas.
Hay dos factores importantes en el desarrollo de la autoestima:
- El autoconocimiento: Este influye en el rendimiento, condiciona las expectativas y la motivación y contribuye a la salud así como al equilibrio de los menores ya que por medio de esta habilidad se aprende a reconocer y valorar quiénes son como personas y sus atributos. (Si deseas saber más sobre el autoconocimiento y como desarrollarlo te invitamos a buscar información en el articulo titulado: El Autoconocimiento: Un requisito para el éxito en la vida).
- Las expectativas: es decir, cómo a cada uno le gustaría ser. Desde pequeños se va construyendo una imagen y autoconcepto de acuerdo a los mensajes que se reciben de los adultos que los rodean. Así como de las redes sociales y medios digitales que se consumen. Es decir, que parte de la autoestima está influenciada por la cultura en la que se está, así como por los sentimientos, pensamientos, experiencias y vivencias tenidas a lo largo de la vida.
La autoestima influye en la conducta, en el esfuerzo y el compromiso para conseguir cualquier meta en la vida. Es importante desarrollarla como parte de las habilidades sociales de los menores ya que es la que:
- Condiciona el aprendizaje: Niños y jóvenes que tiene una imagen positiva de sí mismo se encuentran con mayor disposición para aprender.
- Facilita la superación de las dificultades personales: Una persona con autoestima saludable, posee una mayor capacidad para enfrentar los fracasos y los problemas que se le presentan.
- Determina la autonomía personal: Si la persona tiene confianza en sí mismo, podrá tomar sus propias decisiones.
- Apoya la creatividad: Cuando los niños o jóvenes confían en sí mismos, asumen mejor los riesgos y toma de decisiones, posee habilidades para planificar y gestionar proyectos, con el fin de alcanzar objetivos concretos.
- Posibilita relaciones sociales saludables: Menores que se sienten seguros de sí mismos, pueden relacionarse mejor.
En resumen, lo que hace un niño o adolescente con una buena autoestima, es que actúa con independencia, afronta nuevos retos, sus pensamientos son positivos, valora las cosas que hace y se le ocurren, siente un gran orgullo personal por sus logros, se siente capaz de influir en las personas que le rodean, está a gusto consigo mismo y se siente satisfecho con lo que hace.
Ahora que gracias a este articulo has reflexionado sobre la autoestima, como adulto a cargo de un menor, conoces la importancia y el rol que juega su desarrollo, estás listo para apoyarla. Para conocer estrategias que te permitirán fortalecer esta destreza, te invitamos a ver el video: “Estrategias para fortalecer la autoestima de nuestros niños y adolecentes”